Los alcorques floridos, un paso más en la estrategia de gestión del verde urbano
Zaragoza 04 Mayo 2022
La ‘primavera urbana’ en Zaragoza tiene, desde este año, nuevos espacios simbólicos pero muy importantes en distintas zonas de la ciudad. Son los llamados alcorques floridos, micro-jardines urbanos que crecen al pie de los árboles y en los que se desarrolla una vida natural poco visible pero sorprendente.
Los alcorques floridos forman parte de la nueva Estrategia del Verde Urbano de la ciudad, que se desarrolla desde el Servicio de Parques, Jardines e Infraestructuras Verdes del Ayuntamiento de Zaragoza.
La naturalización urbana que se está desarrollando en la capital aragonesa, consecuente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, consiste en gestionar de una forma más ecológica el patrimonio natural de la ciudad y su entorno, con el fin de optimizar los beneficios que los ecosistemas aportan a la sociedad, consiguiendo mejorar la calidad de vida de las personas.
Insectos beneficiosos contra las plagas
Para impulsar este cambio, en 2021 Zaragoza puso en marcha un conjunto de actuaciones relacionadas con la sanidad vegetal y el fomento de la biodiversidad. En ellas se ha contado con la implicación de la Cátedra de Bosques Urbanos de la Universidad de Zaragoza y la colaboración de Lorena Escuer, bióloga y especialista en Control Biológico de plagas.
Esta técnica consiste en liberar insectos beneficiosos que ayudan a equilibrar las poblaciones plaga de ciertas especies arbóreas susceptibles a sufrir pulgón, psilas o cochinillas. Se evita, de este modo, el uso de productos fitosanitarios.
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Paseo independencia, Plaza Aragón, la calle Pablo Neruda o la avenida Ignacio Menaya son algunas de las 30 localizaciones en las que se ha llevado a cabo está técnica natural de control de plagas. Mariquitas, crisopas y minúsculos parasitoides son algunos de los aliados con los que se ha trabajado. Saber qué insecto liberar y en qué momento hacerlo requiere de cierta especialización técnica para garantizar un buen resultado.
Después del primer año de seguimiento y monitoreo de las plagas, se ha podido concluir que las sueltas de insectos beneficiosos realizadas han ayudado a mantener unos umbrales de plaga tolerables, reduciendo el nivel de incidencia.
Alcorques floridos: nuevos hábitats
De manera paralela, se ha trabajado en mejorar el ecosistema urbano aportando nuevos hábitats para dar refugio a esos insectos beneficiosos liberados y, sobre todo, para atraer y servir de alimento a esa otra fauna auxiliar que se encuentra de manera natural en el entorno.
Estos nuevos refugios de fauna útil son los citados alcorques floridos, platabandas o parterres con soluciones florales, que “funcionando” al mismo tiempo, crean una red de conexión para los insectos. Aunque muchas veces resulte imperceptible para el ojo humano, son de suma importancia en la trama verde urbana.
Las plantas que componen estos ‘espacios refugio’ no son estrictamente ornamentales, sino que son funcionales. La lobularia, la caléndula o la amapola son algunas de las plantas seleccionadas de manera estratégica, pensando en los insectos. Esta selección de cinco mezclas de herbáceas de flor, especialmente atractivas para fauna útil y polinizadores, se deja ver estos días hasta en 14 localizaciones de la ciudad, como el Parque del Agua o las calles Gondoleros y León Felipe.
Sembradas el pasado otoño, se han mantenido latentes hasta que, con las lluvias de primavera, ha tenido lugar toda una explosión de color que ha cambiado el paisaje urbano.
Todo este conjunto de actuaciones va en la misma dirección: potenciar la presencia insectos aliados -como mariquitas, crisopas, abejas o mariposas- que ayudarán a combatir las plagas del arbolado. Precisamente su presencia es el indicador de una buena calidad ambiental.
Fuente: Heraldo