Las oficinas de la Expo están ocupadas al 93%, pero los iconos arquitectónicos siguen vacíos
Zaragoza 14 de Junio de 2022
Casi 4.000 personas trabajan en el parque empresarial, que ha completado la reconversión.
El parque empresarial de la Expo de Zaragoza ha logrado una ocupación superior al 93%, con casi 70 empresas públicas y privadas que cuentan con una plantilla cercana a los 4.000 empleados.
Su incorporación ha sido paulatina, lo que ha permitido acompasar las obras de reconversión de los pabellones a la demanda del mercado, hasta prácticamente completar sus 75.000 metros cuadrados de superficie comercializada. De hecho, en los primeros meses del año se han rematado las últimas obras de reacondicionamiento de los pabellones que hace ahora catorce años se inauguraron como escaparate de los países participantes en la Muestra Internacional.
Las administraciones dieron el primer tirón con el traslado de organismos y la DGA decidió instalar la Ciudad de la Justicia, lo que puso el complejo en el mercado inmobiliario y la iniciativa privada terminó por responder. Ahora, más del 71% de los propietarios e inquilinos de las oficinas son empresas privadas.
Los que no han tenido la misma suerte son los iconos arquitectónicos del recinto, ya que solo uno de ellos, el Pabellón Puente, tiene a estas alturas un destino claro, sede de Mobility City, aunque no haya dejado de acumular retrasos y pueda reabrir para finales de año. Mientras tanto, el Pabellón Puente y los pabellones de Aragón y de España permanecen cerrados a la espera de inquilinos que les saquen partido.
También están pendientes de transformación cuatro de los cinco pabellones situados en el frente fluvial, los llamados Ebro y que popularmente ya se conocen como los cacahuetes por su particular forma. Y en este caso, dos de ellos ya tienen claro su futuro como conjunto residencial de 275 pisos de alquiler asequible para jóvenes, para lo que la sociedad pública Zaragoza Expo Empresarial acaba de encargar el proyecto a la ingeniería Idom y al despacho de arquitectura Ingennus, ambos radicados en la ciudad. Lo que aún se debe concretar es cómo se van a explotar y financiar, aunque todo apunta a que se recurrirá a la vía de la concesión.
El proyecto estará listo en seis meses y podría clonarse para recuperar los otros dos pabellones Ebro pendientes igualmente como pisos y llegar a los 500 que anunció el presidente aragonés, Javier Lambán, el pasado otoño en el debate sobre el estado de la Comunidad. Pero desde la DGA no aclararon ayer cuál será su destino final, dado que tiene encima de la mesa una propuesta del Circe para quedarse uno de ellos como futura sede.
Cualquiera que pasee por el meandro Ranillas apreciará que el cerramiento y reparación interior del Pabellón Puente ha acabado, aunque la sociedad pública no ha recepcionado aún las obras y, por tanto, no se lo ha entregado a la Fundación Ibercaja para que pueda acometer el montaje del Mobility City. La última previsión apuntaba que esto debería haberse producido en abril si se quería reabrir al público para las fiestas del Pilar, pero ahora ya no será posible. Necesitará entre seis y nueve meses de plazo para dar de nuevo vida a la pasarela de Zaha Hadid, por lo que, como mínimo, habrá que esperar hasta fin de año.
La Torre del Agua ha tenido varios ‘novios’, pero por unos u otros motivos no ha cuajado ninguno. Pudo ser una sede del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York, centro de producción audiovisual del grupo Murdoch e incluso convertirse en una pantalla gigante, pero lo único que recibe son visitas cuando las organiza la Asociación Legado Expo.
Algo similar ocurre con los pabellones de Aragón y de España, para los que se previeron su transformación como sede de la Oficina del Agua de la ONU -que acabó en Casa Solans y se cerró en 2015-, subsede para las universidades pública y privada de Zaragoza o como parte del proyecto del campus digital de FP previsto por el cuatripartito, anunciado como gran actuación para recuperar los iconos. En este último caso, su ubicación física estará finalmente en el pabellón de Aragón de la Expo 92, que recuperó la patronal aragonesa y reconstruyó en la avenida de José Atarés. Con el acuerdo alcanzado, la DGA se quedará con el edificio, que a partir del próximo curso funcionará ya como campus digital.
fuente: heraldo