La iluminación de la Torre del Agua se podría cambiar al haberse quedado “obsoleta”
14 de Noviembre de 2023
La DGA estudiará la inversión que supone «repensar» el sistema de fluorescentes actual, compuestos por casi 3.000 puntos de luz, 966 en la fachada exterior y 2.000 en las estancias interiores.
Esta puesta a punto del edificio de Enrique de Teresa incluye actuaciones también en los sistemas de climatización y antiincendios para adaptarlos a la normativa actual.
El Gobierno asegura que en la actualidad no hay ofertas ni contactos para la comercialización del icono de la Expo
Quince años no pasan en balde para ninguna edificación, mucho menos para un edificio emblemático que lleva la mayor parte de su vida sin uso. Es la situación en la que se encuentra la Torre del Agua de Zaragoza, construida para la Expo de 2008, que ahora vislumbra sus primeros planes de inversión a futuro, con 2,5 millones de euros previstos entre 2024 y 2027, dirigidos a su puesta a punto para estar en el mercado. O al menos para salir del olvido institucional, que es el que ha provocado y acelerado su deterioro. Un desembolso que empezará el próximo año con 625.000 euros y que se centrará, principalmente, en la iluminación.
De momento, para el Gobierno de Aragón lo más importante es que quede claro que «ahora no se ha iniciado ninguna operación de comercialización», ni para su venta ni para el alquiler, y que lo que se plantea ejecutar en los próximos ejercicios es una «puesta a punto» para lo que pueda estar por venir. ¿Y en el futuro? Esa decisión llegará después. Ahora lo que toca es centrarse en obras financiadas con «partidas novedosas en un edificio del que nadie se ha ocupado desde 2008 hasta ahora».
Estas actuaciones están encaminadas a «reanimar» a este icono de la Expo que sirvan para «poner a punto los suministros básicos del edificio en cuanto a luz, climatización o sistema antiincendios», entre otros. Todo «de cara a que esté operativo si en un futuro se pone en marcha alguna operación, algo que hasta el momento no ha ocurrido», remarcaron las fuentes oficiales consultadas.
Otra cosa es el calado de estas intervenciones y si finalmente introducen cambios relevantes en la concepción del propio edificio. En este sentido, en la inversión prevista destaca «estudiar técnica y económicamente» si se le da una vuelta a su sistema de iluminación que, según los técnicos, se ha quedado anticuado 15 años después de su estreno. «Hay que repensar la iluminación exterior, a base de un sistema de fluorescentes que ha quedado obsoleto. Y restituir los elementos dañados de la iluminación interior», expusieron.
Se trata de un trabajo exhaustivo en este edificio de casi 80 metros de altura que tiene solo en su fachada 966 luminarias colocadas en las pasarelas exteriores con lámpara de fluorescencia. A pesar del escaso uso que se le ha dado a esa iluminación de un icono llamado a convertirse en un faro de la ciudad y que son contadas las ocasiones en las que se ha encendido.
En su interior, «el edificio tiene más de 2.000 luces que iluminan sus estancias interiores» y habrá que ir revisando todos esos puntos de luz porque algunos deben ser sustituidos o reparados. Y si finalmente se apuesta por una remodelación del sistema de iluminación ver cómo proyectarla, su coste y si es asumible con fondos propios.
Y si el nuevo sigue conservando las particularidades del diseño de Maurici Ginés, del estudio Artec3, y la empresa Lamp para la Expo de 2008. Una propuesta que conseguía «variadas sensaciones visuales según la posición del observador, mediante efectos de luz y color», según se explicó en su día, y para el que se eligieron «seis tonos de azul en referencia al agua que contienen o rodea los cinco continentes y los polos».
Habrá que esperar a los estudios e informes que se elaboren para impulsar las intervenciones a acometer en el edificio diseñado por Enrique de Teresa para Zaragoza. De momento, ya estos días se ha podido ver cómo algunos técnicos están realizando pruebas en el interior de la Torre del Agua, de manera que la intervención quizá se ejecute a toda velocidad a partir del próximo año. Y ver qué iluminación queda finalmente y si se opta por reemplazar los 3.000 fluorescentes por un sistema más eficiente.
Los pabellones de Aragón y España, a la espera
Por otra parte, otro de los iconos de la Expo tendrá que esperar a tener dinero para salir del olvido. Se trata del Pabellón de Aragón, que no tiene ni un euro en el presupuesto de la comunidad para 2024 a pesar de que sí existe voluntad en el Gobierno actual de estudiar un posible uso futuro al que volcar recursos económicos. «No se sabe aún qué proyecto se va a llevar a cabo, no está definido, y por eso no hay partida, pero se va a aestudiar qué opciones hay y llegado el momento se podrían obtener fondos a través de una modificación presupuestaria», explicaron ayer a este diario fuentes oficiales del Departamento de Hacienda.
La misma situación vive el Pabellón de España diseñado por el arquitecto navarro Patxi Mangado, un edificio que, según explicaron fuentes del Gobierno central, ahora «se encuentra vigilado, protegido y con los mantenimientos necesarios para evitar su deterioro, pero sigue sin un uso definido».
Fuente: El Periódico