Open House en la Torre del Agua
Zaragoza 26 de Octubre de 2024
El pasado día 25 y dentro del programa de activiades del festival Open House, se realizó un evento en la Torre del Agua.
La actividad era descrita de ésta manera:
Una espectacular creación de Nacho Arantegui en colaboración con destacados artistas multidisciplinares transformó anoche la Torre del Agua en un lienzo cautivador y transmisor de sensaciones artísticas que regalaron una experiencia inolvidable y única al público del Open House Zaragoza. El mundo escultórico de Nacho Arantegui contenido en inspiradoras cajas de luz conectó enseguida con los asistentes y la monumentalidad de la torre se convirtió en el epicentro de un viaje que despegó con la danza vertical de Janire Etxabe (Dimegaz) descolgándose desde más de quince metros de altura.
Mas allá del acto, nosotros teníamos mucha curiosidad por ver la “transformación” de espacio interior y el resultado de su iluminación monumental sobre el interior del edificio. De hecho, en los mas de 12 años que hemos estado haciendo visitas en la Torre del Agua, siempre hemos sostenido que su acústica era muy buena y que su superficie era un lienzo colosal sobre el que poden colorear, pintar o ambientar cualquier proceso sensorial y artístico de diversas especialidades culturales.
El evento programado no disponía de elevados medios técnicos, ni de sonido ni de iluminación con un alto presupuesto, lo que nos resultaba aún mas atractivo a triori ver el resultado en un evento de caracter medio.
El efecto conseguido, nos da la razón y avala lo que desde esta asociación hemos repetido en todas las visitas que mehos hecho a la Torre, y es que siempre hemos sostenido que con una mímima iluminación (bien cuidada y con cariño) y unos mínimos equipos de sonido, el edificio de Enrique de Teresa es pura magia y ofrece unos resultados impresionantes con una mínima inversion para la realización de eventos.
En el zócalo, las luces potencian la parrilla central y juegan con las sombras en los nucleos.
Ya en la zona intermedia, en la planta 7 donde está ubicado la obra de Pere Gifre “Splash”, el juego de luces creaban imagenes bucólicas y llenas de fantasía:
La conclusión que nos llevamos a casa, es que TENÍAMOS RAZÓN en estos últimos 12 años cuando deciamos que con un mínimo sonido y un mínimo de iluminación, la torre y su contenido eran un lienzo en blanco en donde poder desarrollar cualquier evento y crear un ambiente único.
Tan solo hace falta querer. Las posibilidades son reales, y ya está demostrado. La torre, sin duda tendrá un búen futuro si tiene unas buenas manos que la gestione.