La ‘nueva’ Torre del Agua de Zaragoza tendrá zona de oficinas y talleres para dar “más versatilidad” al edificio

Zaragoza 13 de Enero de 2025

La ‘nueva’ Torre del Agua de Zaragoza tendrá zona de oficinas y talleres. Su reconversión en ‘Faro de la logística’ -en la que el padre de este icono de la Expo 2008, Enrique de Teresa, trabaja desde el verano junto al equipo de Cerouno Arquitectos-, hará que el edificio gane versatilidad.

La idea es aprovechar todas sus zonas. La primera, un zócalo en hormigón con una superficie en planta de 3.000 metros cuadrados, servirá para hacer “exposiciones amplias”. Para la Expo se habilitaron estancias dedicadas a las visitas VIP que ahora se acondicionarán como oficinas, talleres o aulas de trabajo. “Queremos darle un atractivo para un uso habitual”, explica De Teresa en declaraciones a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN.

En este sentido, indica que, aunque las actividades “no están concretadas”, se quiere que exista esta posibilidad para que la utilización del edificio no sea esporádica.

Otra de las grandes intervenciones se centrará en la última planta, que se habilitará como restaurante. En la situada justo debajo -en origen dedicada a aseos e instalaciones- se situará el área de cocinas y almacenaje.

La gran joya será el mirador de la cubierta, a más de 80 metros de altura, desde donde se podrá tener una visión de 360 grados de toda la ciudad. Será, concretamente, una galería-mirador que contará con climatización para garantizar unas “condiciones de confort” contra el frío del invierno y el calor del verano. También se reforzarán las medidas de seguridad para evitar caídas al vacío.

El Gobierno de Aragón espera que la contratación de las obras se produzca entre los meses de mayo y junio y que los trabajos comiencen en el último trimestre de este año con el objetivo de que acaben a lo largo de 2027.

La parte central -desde el Splash, la icónica gota de agua de Pere Gifre que mantiene vivo el recuerdo de la Exposición Internacional de 2008, hasta las plantas superiores- se aprovechará para hacer exposiciones.

Intervenir en un edificio existente, reconoce De Teresa, siempre es difícil, ya que se las actuaciones nuevas “no tienen que dañar lo existente y hay que tener unos cuidados especiales”. “También te exige revisar su estado de conservación. Hay deterioros por el paso del tiempo. Por ejemplo, habrá que reparar los vidrios, sellar el muro cortina… Con todo, intentaremos que las nuevas intervenciones afecten lo menos posible. Son aspectos que se pueden acometer con tranquilidad”, asegura.

Para él, reencontrarse con la Torre del Agua 16 años después ha supuesto “algo muy importante a nivel emocional”. “En el fondo no deja de ser como un hijo. Cuando lo recuperas después de un distanciamiento así te produce una enorme satisfacción. La verdad es que Zaragoza es un lugar muy grato. Por lo menos, desde mi experiencia profesional, así que trabajar de nuevo en la ciudad ha supuesto una satisfacción enorme. Revivir el edificio y sus espacios ha sido un choque emocional poderoso. Me ha animado bastante desde el punto de vista vital”, admite.

Esta próxima semana está prevista una reunión con Expo Zaragoza Empresarial para mostrarles el planteamiento y las primeras definiciones. “Si son consensuadas, fijaríamos una fecha para iniciar el proyecto de ejecución, de cuatro meses, y ya posteriormente se licitaría la obra y se pondría en marcha”, detalla.

El equipo está trabajando para redefinir el interior de la Torre en coordinación con Oboria, la empresa que dio vida a la icónica esfera de Las Vegas, encargada de la iluminación exterior. “Se ha hecho una propuesta que compartimos, en un principio. Creo que puede ser muy interesante para poner en valor el edificio, sobre todo en lo que respecta a su imagen nocturna”, avanza.

Fuente: El Español