El Pabellón de España Abandonado a su suerte
Zaragoza 18 de Diciembre de 2015
La historia del Instituto de Cambio Climático de Zaragoza (I2C2) es paradigma de los vaivenes de algunas de las corporaciones e instituciones públicas amanecidas antes de la crisis y que no han llegado a pasar del intento. Sin actividad conocida, y tras un breve lapso en un despacho de la Delegación del Gobierno en Aragón, donde se podía localizar a su eventual responsable, su disolución definitiva se concretó al cierre del año pasado.
Para desmontar un organismo proyectado para ocupar el pabellón de España de la Expo y que no ha generado un retorno científico ni económico fue precisa la creación de una comisión liquidadora cuyos costes, explican fuentes del Ministerio de Hacienda, se incluirán en las cuentas de este año.
No son los únicos gastos que el Consorcio que auspiciaba el Instituto ha tenido a lo largo de los últimos años a pesar de no generar avances ni publicaciones de calado. El curso pasado afrontó el pago de 31.846 euros para satisfacer las obligaciones contraídas con acreedores, según revela el informe anual de la Intervención General de la Administración del Estado y confirma Hacienda.
El cierre del I2C2 se encuadra en las medidas recogidas en el informe elaborado por la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas (CORA), una de las banderas del Gobierno de Rajoy para “racionalizar” los recursos públicos.
Historia de un fiasco
En la reunión del consejo rector del Consorcio del 16 de diciembre de 2014 se acordó la disolución del mismo quince días después, al cierre del año, por unanimidad de las administraciones consorciadas. En esa reunión se convino la constitución de una comisión liquidadora que se encargaría de realizar las actuaciones necesarias para darlo por zanjado.
El Consorcio del Instituto de Investigación del Cambio Climático estaba integrado por los ministerios de Economía y Agricultura, el Gobierno de Aragón, el CSIC y la Universidad de Zaragoza. La actividad del I2C2 iba a arrancar, en teoría, tras la selección de su directora y gerente, a finales de 2011.
Según la web del organismo, aún en línea, su misión consistía en “desarrollar investigación científica y tecnológica sobre el cambio climático, con el objetivo de contribuir a incrementar la excelencia y la visibilidad internacional de la I+D+i española en materia en cambio climático”, a la par que “promover una mejor articulación de la ciencia en Cambio Climático que apoye decisiones informadas en ámbito público”.
Lo cierto es que el I2C2 fue una verdadera incógnita desde el minuto uno. El Ejecutivo de Zapatero lo anunció en su momento como centro de referencia mundial y su destino iba a ser un remodelado Pabellón de España en el recinto de la Expo. Ni aterrizó en Ranillas ni registró actividad.
Poco a poco fue perdiendo fuelle. Costó ponerlo en marcha -el Consorcio se constituyó en la víspera de la nochevieja de 2011 para no perder los fondos asignados para ese año- y también encontrar una persona que lo liderase. El Gobierno rebajó las miras del proyecto de manera paulatina hasta desistir y cancelarlo.
Fuente: Heraldo