Conferencia Conmemorativa del Octavo Aniversario de Expo
Zaragoza, 15 de Junio de 2016
Como acto principal de la celebración del octavo aniversario de Expo Zaragoza 2008, el día 14 de junio el geógrafo Francisco Pellicer Corellano impartió la conferencia “La factoría de emociones significativas: el diseño y la producción de exposiciones y espectáculos”.
El acto contaba con la colaboración de la Asociación Legado Expo y de la Universidad de Zaragoza, que cedió el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.
Francisco Pellicer fue Director de Contenidos de Expo Zaragoza 2008 y como tal vivió los orígenes, candidatura y organización final de la Exposición. Ameno comunicador comenzó narrando como, en su época de estudiante, sus profesores le enseñaron como una idea se hace comprender provocando emociones. Y como poco a poco se van despertando los sentidos, de uno en uno, hasta vislumbrar en toda su magnitud aquello que intentamos descubrir.
Este conocimiento le fue de gran utilidad en la defensa en París de la candidatura de Zaragoza. Se prepararon mensajes de gran calado, intentando no aburrir, sorprender, seducir y comprometer a los miembros del jurado. Es normal al preparar un acontecimiento de este tipo, el buscar un lugar, preparar unos edificios, dotarlos de contenidos y expresar con ellos las ideas que se pretenden difundir. Pero aquí se siguió el orden inverso.
Se eligió la idea principal que debía impregnar todo el conjunto: “EL AGUA Y EL DESARROLLO SOSTENIBLE”.
El emplazamiento, pabellones, equipamientos,congresos y conferencias y hasta las intervenciones artísticas, debían adaptarse a este tema.
Con un equipo de los mejores profesionales a nivel internacional, se consiguió el objetivo y el éxito de la muestra. La Expo dejó un legado cultural, artístico y monumental al que todavía no se ha sabido sacar el oportuno partido.
El evento de la presentación de Volkswagen en la Torre del Agua, fue el ejemplo más significativo de todo el potencial que tienen los edificios emblemáticos de la Expo.
Pellicer acabó contando como, cuando necesita refrescar sus ideas, se retira a la orilla del Ebro, nuestro río. Allí consigue la calma y la meta que buscaba: Soñar lo imposible…