Vadorrey demanda la limpieza de su puerto

Zaragoza, 30 de Agosto de 2019

 

 Desde que se construyera en 2008 a raíz de la Expo, el puerto de Vadorrey se ha convertido en todo un emblema para el barrio. Sus vecinos presumen orgullosos de poder decir que viven en un barrio portuario y son muchas las embarcaciones que zarpan y atracan a diario en sus aguas, aunque su aspecto no invite a ello demasiado. La presencia de macrófitos –plantas acuáticas- y vegetación en el puerto está haciendo que los mosquitos se multipliquen, una situación que los vecinos llevan denunciando desde hace una década y que han vuelto a poner de manifiesto en los últimos días.

 “Los macrófitos crecen muy deprisa. Si tiras una botella de cristal en el puerto no se hunde debido al manto de vegetación que hay. Esto es lo que hace parecer que el agua esté sucia”, señala Pablo Polo, secretario de la Asociación de Vecinos de Vadorrey. Lamentablemente, esta estampa no es nueva para quienes suelen frecuentar la zona o utilizar el puerto, ya que desde que el embarcadero se instaló en la ribera, ha sufrido los efectos de todas las inclemencias meteorológicas. “Desde 2008 se han producido varias riadas que han ido cegando el vaso, es decir, el espacio entre el espigón y la ribera”, explica Polo. La cota de agua es la que mantiene la represa, pero el puerto se está llenando de barro y apenas hay unos cuantos centímetros de agua en su superficie. “El resto es pura vegetación”, señalan desde el colectivo.

 Además, más allá de las cuestiones estéticas, la asociación advierte de que la abundante presencia de plantas acuáticas atrae a otros molestos habitantes, especialmente en verano. Las aguas del puerto de Vadorrey se han convertido en un ambiente “muy cómodo” para los mosquitos, cuyos huevos alcanzan sus picos máximos de eclosión durante la época estival. Una proliferación de insectos que también se ha visto favorecida por las altas temperaturas de estos meses y por la dificultad que tienen sus depredadores, los peces, de llegar hasta sus larvas debido a la densidad de las algas. “Durante el día son molestos si pasas por la zona. El problema es que por la noche se encienden las luces de las casas, y los mosquitos acuden”, comenta el secretario. Un martirio para los vecinos que se reduce durante el resto del año, ya que su actividad disminuye considerablemente.

 Para el secretario de la asociación, la solución pasa por segar los macrófitos como ya se hizo en 2012 con una máquina traída desde Valladolid. “Solo intervino en los tres sitios autorizados por la Confederación Hidrográfica del Ebro, pero fue mano de santo. La máquina no es excesivamente cara, pero sí muy efectiva”, señala. No obstante, también reconocen que el Ayuntamiento de Zaragoza está haciendo “una labor de fumigación muy buena”. El consistorio anunció el pasado mes de julio que combatirían las larvas de mosca negra con dos nuevas máquinas sulfatadoras cuyo tratamiento no afecta ni a la flora ni a la fauna de las orillas. “Estamos notando un cierto cambio en ese sentido”, asegura Polo, que recuerda que, en los últimos años, las intervenciones y el presupuesto destinado al mantenimiento del puerto ha sido prácticamente nulo. “No se ha hecho absolutamente nada”, añade.

 A pesar de ello, el puerto sigue siendo una instalación muy utilizada y se está quedando pequeña. “Es insuficiente a todas luces, porque tenemos mucha demanda de utilización y en estos momentos está saturado”, comenta. De hecho, muchos usuarios tienen que dejar sus embarcaciones fuera de él, porque no hay sitio. Lo “lógico”, según la asociación, sería poder contar con un hangar en el que dejar las embarcaciones a refugio, sobre todo las de remeros y piragüistas, que sufren a menudo actos vandálicos. “Tenemos que agradecer a la Policía Local su presencia por el barrio, ya que es constante y, si no fuera por ellos, el vandalismo todavía iría a más”, afirman.
Mejoras en el solárium

 Muy próximo al azud de Vadorrey se encuentra el solárium, un parque con un área de juego y tumbonas desarrollado por el proyecto ‘Esto no es un solar’ y cuyo estado de deterioro era considerable. Tras varios años de peticiones infructuosas por parte de los vecinos para que se interviniera en la zona, por fin el consistorio se ha puesto manos a la obra. “Han arrancado todo el pavimento de madera, que no tenía ningún tipo de tratamiento y ya era peligroso, porque estaba intransitable. Aplaudimos que se haga esta actuación”, señalan desde el colectivo.

 Esta y otras demandas históricas del barrio fueron expuestas en una reunión que la Junta de la Asociación mantuvo el pasado 5 de agosto con el alcalde, Jorge Azcón, y con María Navarro. En el encuentro, que discurrió “en muy buenos términos”, recordaron la necesidad de finalizar la plaza del Tiempo, eliminar los postes eléctricos de los parques de Vadorrey y Las Garzas o la modificación de las paradas de las líneas 50 y 39 de autobús, entre otras. “Fueron muy receptivos y próximos en el diálogo”, señalan.

 Fuente: Heraldo