El frente fluvial de la Expo: un espacio vivido, pero no mucho

Zaragoza 14 de Febrero de 2025

Por Francisco Pellicer, Presidente de Legado Expo

Tras el cierre de la Expo Zaragoza 2008, mientras los pabellones internacionales del recinto se transformaban en la Ciudad de la Justicia y el parque empresarial gestionado por el Gobierno de Aragón, en la otra mitad inferior del recinto, correspondiente a las plazas temáticas y graderío sobre el río, se desarrolló un parque urbano conocido como Frente Fluvial, inaugurado en 2009. Es un espacio público gestionado por el Ayuntamiento de Zaragoza. Lo que se diseñó para ser un referente en sostenibilidad y calidad de vida, hoy languidece por la desidia de la administración municipal que ha dejado que este espacio se deteriore año tras año.

El Frente Fluvial comprende dos áreas claramente diferenciadas: la ribera y la plaza. El espacio de la ribera del Ebro corresponde al cauce inundable por crecidas ordinarias del río, aunque la mayor parte del año es un espacio usado por la ciudadanía. En el tramo entre el Parque del Agua y la Pasarela del Voluntariado, destacan el pórtico del parque (obra integrada con el puente del III Milenio de Juan José Arenas), la Plaza de María Jesús Ibáñez con pradera y vestigios de tamarices, el anfiteatro verde de Inspiraciones Acuáticas, el Puente de Zaha Hadid, el anfiteatro de la Expo, el Sotillo y las gradas junto al río hasta la pasarela del Voluntariado.

Su diseño en la actualidad sigue condicionado por el urbanismo de la Expo, y tiene un marcado carácter urbano, especialmente en las gradas utilizadas para espectáculos nocturnos. La vegetación ribereña, clave para la biodiversidad y la estabilidad ecológica, ha sido ignorada en favor de un diseño y un mantenimiento excesivamente antropizado. Hay falta de continuidad en la vegetación ribereña y el cauce presenta problemas de obstrucción del ojo izquierdo del Puente de Zaha Hadid por sedimentación.

La asociación Legado Expo Zaragoza 2008 plantea propuestas de mejora como la de mantener el carácter de isla en el apoyo del puente y restaurar el cauce secundario obstruido, preservar la sección hidráulica y evitar amenazas sobre el Pabellón Puente-Museo de la Movilidad, a la vez que acondicionar una playa de gravas en el Ebro para mejorar la calidad ambiental y la seguridad. Otras medidas consisten en restaurar el Sotillo y ampliar el soto en la Plaza de María Jesús Ibáñez, así como naturalizar progresivamente las gradas favoreciendo la expansión del soto. Se necesita un plan de conservación específico que garantice la preservación del carácter natural de este entorno y lo proteja del deterioro progresivo.

La Plaza del Ebro se extiende desde el Palacio de Congresos hasta la Avda. José Atarés y la Pasarela del Voluntariado, y sólo se ve afectada por crecidas extraordinarias, como ocurrió en 2015 con una inundación parcial. La plaza se desarrolla entre los edificios de parque empresarial y la ribera del río, formando un plano ligeramente inclinado que enmascara un muro “invisible” de protección de más de dos metros frente a las inundaciones extraordinarias.

La plaza está salpicada con 6 singulares jardines que interpretan lo que antes fueron las plazas temáticas de la Expo: Agua Extrema, El Faro, Sed, Oikos, Ciudades de Agua y Agua Compartida. Otras 20 “gotas” albergan, hoy en día, bosquetes y jardines, zonas de descanso, deporte y arte urbano, con intervenciones destacadas como “Espacios Aparentes” de Jeppe Hein, “Bosque Sonoro” de Christopher Janney, y “Enjoy Your Water Front” de Eboy. El “Banco Ecogeográfico” de Batlle & Roig-Ferrer actúa como límite entre la plaza y la ribera. Las pérgolas de sombra que procuraban protección frente a la radiación directa del sol han desaparecido. Sólo queda la estructura portante como un gigantesco tendedero desprovisto de sentido.

El estado general de la plaza es de abandono, con un exceso de superficies asfaltadas e impermeables, falta de sombra y alta exposición solar. Su diseño de plaza urbana no se integra con la naturaleza del entorno ribereño y las intervenciones artísticas presentan un grave deterioro. Los recorridos son excesivamente lineales sin apenas conexión con el Parque del Agua y el parque empresarial. Además, la avenida Pablo Ruiz Picasso actúa como barrera con pocos y muy distantes pasos de peatones.

Para recuperar el espacio se propone naturalizar el frente fluvial, eliminando buena parte del asfalto y superficies impermeables, ampliando las “gotas verdes” con árboles y arbustos para generar sombra y refrescar el ambiente. También se sugiere reutilizar las pérgolas con plantas trepadoras y nuevos toldos, restaurar las intervenciones artísticas, mejorar la conexión con el Parque Empresarial y el Parque del Agua, y ampliar el Acuario mejorando su accesibilidad e incorporando espacio y vida en el nivel de la plaza.

Esta reflexión busca recuperar el valor ambiental y social del frente fluvial de la Expo, integrando su pasado con un futuro más sostenible y habitable. No se puede seguir permitiendo que un espacio con tanto potencial sea ignorado por las instituciones responsables y que su inacción lleve a una pérdida patrimonial del Legado de Expo 2008. Es hora de exigir soluciones concretas y sus consiguientes dotaciones presupuestarias. No más excusas, no más abandono, menos marketing de luces y purpurina, y más espacios vividos. La ciudadanía reclama respuestas y medidas urgentes para recuperar y preservar este espacio particularmente saludable y atractivo para la ciudad.

Fuenjte: El Español