El Acuario de Zaragoza plantea una ampliación y crear un espacio para linces
Zaragoza 11 de Junio de 2023
El proyecto depende del Gobierno de Aragón y de la llegada de fondos europeos
Por estas instalaciones han pasado más de un millón de personas desde que abrió en 2008
El Acuario de Zaragoza es obra del arquitecto Álvaro Planchuelo y es el único de los edificios de la Expo que ha funcionado de forma ininterrumpida desde la celebración de la Expo hace ahora 15 años. Por estas instalaciones han pasado durante estos años más de 1 millón de personas y, una vez se ha consolidado como una de las ofertas turísticas de la ciudad, quiere crecer. En el horizonte hay un proyecto de ampliación del recinto que supondría ganar unos de zonas al aire libre en las habitarían linces, nutrias y aves de ribera.
La puesta en marcha de esta ampliación dependerá de la llegada de fondos europeos y del Gobierno de Aragón. Hasta ahora no ha podido ser, pero por el momento el proyecto ya está diseñado. Incluiría una zona que serviría como centro de interpretación de la fauna de los galachos del Ebro, con aves características de estos entornos, otro espacio para nutrias, cuya población comienza a sentarse, y linces, dado que los programas de repoblación y cría de esta especie de felino han conseguido aumentar sus poblaciones en un 350%.
Así, desde Zaragoza se daría un impulso más para la recuperación de este animal, puesto que el objetivo del Acuario de Zaragoza es servir como centro de investigación, divulgación y sensibilización sobre el cuidado de las especies.
Pero eso es el futuro. El presente pasa por las 120.000 personas al año que visitan estas instalaciones, 15.000 de ellos escolares. “Lo que más nos satisface ahora es que los zaragozanos tienen ya al Acuario como algo suyo. Hacemos unas 1.500 encuestas cada año a nuestros visitantes y nos dicen que cuando viene su tío de Málaga o su prima de Madrid les llevan al Pilar, al Tubo y aquí”, explica el director técnico del recinto, Javier González. El de Zaragoza es el acuario fluvial más grande de Europa. Alberga 350 especies y 6.000 ejemplares de distintos animales.
El acuario es de titularidad pública pero de gestión privada y González recuerda que se financia enteramente por las entradas que venden. Pero no siempre fue fácil. En los primeros años recibían 40.000 al año, por lo que las cuentas no salían. La cosa remontó conforme pasaron los lustros pero en 2020, con la pandemia, cerró al público. Y los ingresos se quedaron en cero.
Después llegó la crisis de la energía. “La factura energética se disparó desde los 120.000 euros al año a los 400.000. Te puedes imaginar. Fueron momentos complicados en los que vimos comprometida nuestra viabilidad”, dice González.
Del acuario pende además una fundación sin ánimo de lucro que se encarga de los proyectos educativos y de reinserción de algunas especies, como el galápago europeo y la rana pirenaica, iniciativas en las que camina de la mano del Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza.
Durante todos estos años, el acuario ha recibido innumerables reconocimientos. En 2023 han sido reconocidos como la mejor experiencia turística de Aragón y reciben cada año estudiantes y expertos de universidades de todo el mundo para formarse en sus instalaciones. Y como curiosidad: fueron el primer acuario de España en enviar fuera del país un ejemplar de grandes dimensiones en avión. Fue un siluro de 260 centímetros que voló hasta los Estados Unidos en 2018.
Ahora tienen prevista la puesta en marcha de un máster con la Universidad Europea de Madrid en Gestión Integral, Bienestar y Veterinaria en Acuarios y Zoológicos del siglo XXI.
“Creo que hay dos razones fundamentales por las cuales el acuario está funcionando así de bien. Una es el equipo humano y la otra es la familia Morte que puso de su dinero para llevar a cabo este proyecto”, zanja González.