El robo del cobre de las tuberías impide que funcionen las fuentes de las riberas
Con los primeros calores primaverales, no son pocos los ciudadanos que salen a pasear o a hacer deporte por las remozadas riberas del Ebro. Sin embargo, para disgusto de muchos de ellos, varias fuentes del trazado -tanto en la margen derecha como en la izquierda, desde la pasarela del Voluntariado hasta el puente de la Almozara- están fuera de servicio. ¿El motivo? El vandalismo y el robo de cobre que empezó afectando a los cables de suministro eléctrico y, ahora, se extiende a las tuberías metálicas.
Desde Parques y Jardines confirman que el problema de que las fuentes estén sin agua está «vinculado» al robo de cables de alumbrado entre la plaza de Europa y el aparcamiento Sur de la Expo, que semanalmente acoge el rastro. La sustracción de la tubería de cobre que abastece a las fuentes se produjo en un tramo de esta misma zona y, si se corta una sección de una tubería, se deja sin servicio a toda la línea. Aunque muchos caños sean de plástico y PVC, las fuentes cuentan con partes de cobre en su sistema hidráulico. Este es el que persiguen los delincuentes, que consiguen grandes beneficios al vender el metal en el mercado negro, aunque los destrozos que causan superan en diez o doce veces el valor del cobre sustraído.
El Ayuntamiento trabaja actualmente en la reposición del alumbrado de varias calles de La Almozara y, cuando se haya completado esta compleja intervención, se acometerá (aunque no hay plazos) la rehabilitación de las fuentes. Hace poco menos de un año se produjo también un insólito robo de unos quince metros de las tuberías de cobre de la fuente del parque Bruil, que estuvo sacando agua fuera del vaso varias horas hasta que se cortó su suministro.
El robo de cobre, en los últimos meses, no ha respetado ni las obras del tranvía (en Fernando el Católico), ni el parque del Agua, ni los campos de fútbol del Oliver. Solo el año pasado, el Consistorio zaragozano tuvo que reponer más de 100.000 metros de cable sustraído del alumbrado público.
Fuente: Heraldo