Grandes eventos: cuando Aragón se sitúa en el centro del mapa
Zaragoza 17 de Abril de 2022
Para algunos, parece que fuera ayer. Para otros, los más jóvenes, queda como algo de lo que han oído hablar. En cualquier caso, la Expo del Agua Zaragoza 2008 se ganó un hueco en la historia de la Comunidad. Con sus luces y sombras, la muestra internacional logró atraer durante unos meses los focos de buena parte del mundo y, sobre todo, consiguió dejar un legado que todavía se puede disfrutar en la capital aragonesa. La Expo quizá sea el mejor ejemplo de un gran evento organizado en Aragón, pero no el único.
La Comunidad ha sido escenario de pruebas deportivas de impacto planetario como el Mundial de Fútbol o las pruebas de Moto GP en Motorland Aragón en Alcañiz, y también ha acogido un buen puñado de conciertos de las estrellas más brillantes del firmamento musical. El objetivo de atraer grandes acontecimientos como estos es tan o más complicado que hasta ahora. Los Juegos Olímpicos y otro Mundial de fútbol son aspiraciones que a día de hoy no están claras. Por de pronto, el festival Vive Latino, de enorme impacto en Latinoamérica, puede ser un aperitivo interesante.
La Expo del Agua atrajo a Ranillas a 5,5 millones de visitantes. Pero además, se ganó un hueco (grande o pequeño) en medios de comunicación de todo el mundo, y logró que pasara por Zaragoza un prestigioso listado de autoridades, artistas y pensadores y científicos ligados al tema del agua. Sin embargo, el mayor impacto de la muestra internacional fue la herencia que ha dejado en la ciudad. La Expo permitió que llegara a la capital aragonesa una inversión pública de más de 1.000 millones de euros, para dentro pero también para fuera del recinto.
La impronta de la Expo es evidente en Ranillas, con el frente fluvial y el parque del Agua, pero también se refleja en otros rincones de la ciudad, aunque quizá no lo sepan muchas de las personas que los disfrutan a diario: las riberas del Ebro, las del Huerva y las del Gállego, la nueva terminal del aeropuerto de Zaragoza, el cierre de los cinturones que rodean la ciudad, la pacificación del tráfico en algunas zonas del centro, la implantación de carriles bici y sistemas de alquiler de bicicletas, la incipiente -y desde entonces estancada- red de cercanías… La capital de Aragón logró avanzar en unos pocos años lo que hubiera costado décadas. Como contrapunto, este avance acelerado le hizo tropezar con proyectos como la navegación fluvial -todo un fracaso-, la ruina del canal de aguas bravas y el cierre de los edificios estrella. La reconversión del antiguo recinto ha tenido que hacerse, en buena medida, con edificios públicos, mientras que hay iconos arquitectónicos que a día de hoy siguen sin uso, como el Pabellón Puente, la Torre del Agua, el Pabellón de España o el Pabellón de Aragón.
Los años dorados de los conciertos
Además de la Expo, la música y el deporte han sido otros de los motivos por los que Aragón se ha podido situar en el mapa. Esta tierra ha sido escenario de grandes conciertos, y llegó a ser parada casi obligada para los mejores artistas del planeta. En junio de 1983, Miguel Ríos consiguió que La Romareda se abriera por primera vez para un solo artista. Fueron 50.000 personas las que asistieron, en lo que aún sigue siendo el concierto con mayor asistencia. Tres años después, Mecano metió a 40.000, pero hubiera reunido a más fans de no ser por las restricciones de seguridad. Eran años dorados para los grandes conciertos, esos que ahora pasan de largo por la Comunidad. En 1988 estuvieron por Zaragoza Police (Sting volvería en 1996) y James Brown. Joe Cocker, Miles Davis, Dire Straits, Aeroesmith, Iggy Pop, Santana, Lou Reed, The Cure, Bob Dylan, Iron Maiden, Depeche Mode, Tom Jones, Metallica… Las grandes estrellas internacionales lucieron en Zaragoza, aunque varios de ellos tal vez merezcan capítulo aparte.
Fuente: Heraldo