Las obras artísticas de la Expo agonizan tras años de abandono
Zaragoza 26 de Febrero de 2023
La desidia institucional, el vandalismo y el paso del tiempo están detrás del mal estado de conservación de unas piezas creadas por artistas de primer nivel
La reapertura del Pabellón Puente reconvertido en museo de la movilidad ha hecho que muchos ciudadanos se acuerden del resto de activos que formaron parte del legado de la Expo. En muchos casos, ese recuerdo desemboca directamente en la frustración por el mal estado de conservación de algunos de ellos. Hay casos sangrantes por su valor y el protagonismo que tuvieron durante la muestra internacional (Pabellón de Aragón, Torre del Agua o Pabellón de España) y otros no tan conocidos pero que son igualmente indignantes.
Es el caso de las 20 intervenciones artísticas que se instalaron a lo largo de la ribera del Ebro y que convirtieron a Zaragoza en un museo al aire libre con obras de artistas de primer nivel. Salvo honrosas excepciones, como por ejemplo ‘El Alma del Ebro’ de Jaume Plensa, la mayoría de ellas agonizan tras años de abandono mientras claman por un mantenimiento que no llega.
El paso del tiempo, el vandalismo y la desidia institucional (tanto del Gobierno de Aragón como del Ayuntamiento de Zaragoza) están detrás del mal estado de conservación de unas piezas realizadas ‘ex profeso’ para la Expo por grandes creadores. Hay obras del zaragozano Fernando Sinaga –uno de los artistas contemporáneos de más prestigio–, del ilustrador Isidro Ferrer, del escultor alemán Claus Bury o del colectivo eBoy, uno de los más importantes del mundo dentro del pixel art. Obras de creadores que habitualmente exponen en grandes museos y que aquí se deterioran a marchas forzadas desde que el ayuntamiento dejó de mantenerlas en el año 2015.
La veintena de piezas costaron unos ocho millones de euros, pero la ciudad no tuvo que desembolsar ni un solo céntimo. La inversión fue asumida sobre todo por el Ministerio de Cultura y también por el de Medio Ambiente y Fomento en una iniciativa ahora impensable. A pesar de su gran valor artístico, la colección apenas ha sido promocionada entre la ciudadanía y los turistas, si bien para la Expo se hicieron 40.000 folletos donde se explicaba su ubicación, su significado y su autor.
Ese desconocimiento entre la opinión pública ha sido clave también para que las piezas siguieran deteriorándose. Algunas de ellas tanto que incluso han pasado a representar un peligro para los viandantes. Es el caso de las ‘Pantallas espectrales sobre el Ebro’ de Fernando Sinaga, con varios cristales desprendidos, o el mosaico del colectivo eBoy, que incluso ha tenido que ser vallado para evitar males mayores.
La Asociación Legado Expo Zaragoza 2008 ha denunciado en repetidas ocasiones el mal estado de conservación de estas piezas. La última vez fue hace muy poco. Concretamente en un pleno de la ayuntamiento. «No tenemos ninguna confianza en que la situación cambie. Desde 2015 el consistorio y el Gobierno de Aragón se van pasando la pelota de un tejado al otro, pero lo cierto es que no hacen nada. Ni siquiera hablan entre sí para intentar buscar una solución. Es una vergüenza absoluta que obras de esta calidad se estén cayendo a trozos», denuncia Francisco Pellicer, el que fuera director general adjunto de contenidos y operaciones de la Expo y que ahora pertenece a Legado Expo.
Pellicer también es miembro de la asociación cultural Nómadas por la creación, la otra entidad que más ha clamado por la conservación de las piezas. En 2017 ya elaboró un informe sobre el estado en el que se encontraban y se lo presentó al ayuntamiento con escaso éxito. «El consistorio dice que es responsabilidad de la DGA y ésta dice lo contrario. Al parecer el propietario de muchas de ellas sigue siendo el Gobierno de Aragón a través de Expo Zaragoza Empresarial, pero las que representan un peligro para la ciudadanía deberían ser conservadas por el ayuntamiento igual que hace de forma subsidiaria con cualquier edificio en ruina», explica Juanjo Vázquez, de Nómadas por la creación.
La Asociación Legado Expo Zaragoza 2008 ha denunciado en repetidas ocasiones el mal estado de conservación de estas piezas. La última vez fue hace muy poco. Concretamente en un pleno de la ayuntamiento. «No tenemos ninguna confianza en que la situación cambie. Desde 2015 el consistorio y el Gobierno de Aragón se van pasando la pelota de un tejado al otro, pero lo cierto es que no hacen nada. Ni siquiera hablan entre sí para intentar buscar una solución. Es una vergüenza absoluta que obras de esta calidad se estén cayendo a trozos», denuncia Francisco Pellicer, el que fuera director general adjunto de contenidos y operaciones de la Expo y que ahora pertenece a Legado Expo.
Pellicer también es miembro de la asociación cultural Nómadas por la creación, la otra entidad que más ha clamado por la conservación de las piezas. En 2017 ya elaboró un informe sobre el estado en el que se encontraban y se lo presentó al ayuntamiento con escaso éxito. «El consistorio dice que es responsabilidad de la DGA y ésta dice lo contrario. Al parecer el propietario de muchas de ellas sigue siendo el Gobierno de Aragón a través de Expo Zaragoza Empresarial, pero las que representan un peligro para la ciudadanía deberían ser conservadas por el ayuntamiento igual que hace de forma subsidiaria con cualquier edificio en ruina», explica Juanjo Vázquez, de Nómadas por la creación.
Maraña institucional
Sea como sea, lo cierto es que todas sus llamadas de socorro se han quedado sin respuesta y enredadas en una maraña institucional. «Lo que está claro es que tenemos un patrimonio artístico de ocho millones de euros y de una gran calidad que en cualquier ciudad se pegarían por tenerlo, pero aquí se está echando a perder y nadie hace nada para evitarlo», lamenta Pellicer, que recuerda que hace años se intentó formalizar un convenio para que las obras pasaran de manos de la DGA al ayuntamiento: «Al final no se llegó a firmar por ninguna de las dos partes».
Fuentes del ayuntamiento indicaron a este diario que las esculturas siguen siendo propiedad de la DGA y que no están dispuestos a recepcionar unas obras «destrozadas» que conllevarían una gran inversión. Mientras, desde Expo Zaragoza Empresarial se asegura que muchas de las piezas ya están en manos del ayuntamiento.
Fuente: El Periódico de Aragón