Un nuevo frente abierto
Zaragoza, 14 de Marzo de 2016
El recinto de Ranillas lleva meses a una temperatura alta por la tensión y las complicadas relaciones entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la empresa que gestiona la climatización y el suministro de energía a los edificios del meandro que albergó la Expo del 2008 y que abarca a todo el Parque del Agua. La concesionaria, Districlima, quiere que se rescinda su contrato de forma inmediata, porque aduce que no le salen los números y que es inviable, pero como este le obliga a prestar el servicio durante 40 años –de los que ya ha consumido ocho– aduce pérdidas por las falsas expectativas que se generaron en el 2007, cuando se le adjudicó por concurso. Lo achaca a la escasa ocupación que tiene el parque empresarial en el que se transformó la muestra internacional. Y como opina que es irreversible, ha puesto cifra a su marcha: más de 20 millones de euros. Eso es lo que, de antemano, le está reclamando al consistorio en los tribunales.
La concesionaria presentó un contencioso administrativo en el que se reclama la compensación de las pérdidas ocasionadas durante los ocho primeros ejercicios de la explotación. Todo queda a la espera de que los jueces dictaminen si realmente merece una indemnización cuando solo ha transcurrido el 20% de la duración del contrato. Y, mientras, el problema con Districlima se ha convertido ya en un suma y sigue que ahora ofrece daños colaterales inesperados.
DAÑO COLATERAL
Concretamente el que puede suponer, a escasos metros de la planta generadora de energía, para otro de los edificios deshabitados a los que, ocho años después de la Expo, se le podría dar salida. Se trata del aparthotel que se empezó a construir para el 2008 y que nunca se terminó. Las dificultades económicas de sus promotores acabaron con la propiedad en manos de un banco, NovoBank, que ahora ha encontrado por fin un comprador.
La interesada es la firma Vitalia Plus, que pretende acabar la obra para reconvertirlo en una residencia de mayores. Ya tiene dos en la provincia de Zaragoza, en Cariñena y Santa Fe, pero ninguna en los dominios de la capital aragonesa, donde radica su sede. Una operación millonaria que, según ha podido saber este diario, podría verse frustrada por la climatización y el imposible entendimiento entre el consistorio y Districlima. Con la sociedad Expo Zaragoza Empresarial como testigo y casi de convidado de piedra a esta discusión.
El problema, según explicaron fuentes municipales y de la propia sociedad pública, se debe a la consideración de este inmueble como concesión pública del Parque del Agua. Todas, absolutamente todos los negocios instalados en el meandro de Ranillas, están obligadas a engancharse a la red de tuberías de esta planta generadora que dirige Districlima. De hecho, solo existen dos excepciones en todo el meandro: el hotel Hiberus y el nuevo Mercadona.
MOTIVO DE EXCEPCIÓN
La razón por la que se les exime de esta obligatoriedad es la misma que desde el área de Urbanismo se quiere aducir para salvar este escollo. En esos dos casos se les liberó por considerarse una venta de suelo que pasaba a ser propiedad del dueño del establecimiento. De manera que escapaban de la consideración de ser concesión municipal. Pero no es el caso del aparthotel, concebido en sus inicios como tal por más que ahora se quiere traspasar el suelo y el vuelo a otra empresa. Por más que haya cambiado la finalidad del negocio y en lugar de apartamentos turísticos pase a ser residencia de la tercera edad en la capital aragonesa.
Así que la situación tampoco está como para negociar mucho con Districlima, ni se espera que haga la vista gorda para eximirles de la obligación de engancharse a un sistema que, según admiten todos los negocios de Ranillas, puede llegar a superar en un 20% los costes habituales.
El problema es la celeridad con la que se debe actuar, ya que Vitalia Plus, según fuentes próximas a la negociación, tiene una opción de compra sobre el edificio que vence el próximo día 31. Respecto al servicio de la climatización, llama también la atención que esta sea la única encomienda de gestión que, ocho años después, el Ayuntamiento de Zaragoza todavía no ha recibido de Expo Empresarial.