Zaragoza y Nueva York unidas por el alma del agua del Hudson y del Ebro
El escultor Jaime Plensa, autor de la figura ‘El Alma del Ebro‘ de Zaragoza, acaba de colocar frente a Nueva York su obra ‘El Alma del Agua’. Otras grandes firmas se encuentran en las calles de ambas ciudades.
‘El Alma del Ebro’ mira sin rostro al río grande de Zaragoza mientras ‘Water’s Soul’, en el paseo marítimo junto al Hudson, manda callar a una de las ciudades más ruidosas del planeta (Nueva York). Ambas esculturas son obra de Jaime Plensa, el autor que está causando sensación tanto en Nueva Jersey como en Manhattan con esta recién colocada escultura que es la más grande que ha diseñado hasta el momento. Se trata de un busto de 22 metros de altura que pide silencio y rinde homenaje al agua.
El autor, casualmente ha titulado ambas obras con el mismo concepto: ‘El Alma del Ebro’ y ‘El Alma del Agua’ (‘Water’s Soul). “Me parecía muy oportuno hacer una figura con el dedo en sus labios porque creo que estamos en un momento tan ruidoso que no podemos escuchar esta voz profunda del agua que siempre nos está hablando”, dijo Plensa en una entrevista dos días antes de que la obra, instalada en Nueva Jersey pero claramente visible desde Nueva York, sea inaugurada oficialmente.
La escultura de Plensa en Zaragoza (que mide 12 metros de alto) se ha convertido en un icono del parque del agua. La recién colocada en Nueva jersey alcanza los 22 metros y su ubicación en la ciudad no es casual. Al estar junto al río Hudson, rinde también un homenaje al agua: “Somos un 60% de agua, el 70% de la superficie de la Tierra es agua, y nos hemos acostumbrado tanto a verla que ya no nos damos cuenta de que existe. Creo que es el momento de reivindicarla y volver a poner nuestra atención en ella”, agrega el autor. La obra, el busto de una joven mujer con el índice en los labios, está situada en un paseo marítimo de la zona de Newport, en Nueva Jersey, y mira hacia los inconfundibles rascacielos de la Gran Manzana, con el imponente One World Trade Center a plena vista.
Fuente: Heraldo de Aragón